La ambigua política de Relaciones Exteriores de Piñera

Columna de la Senadora Isabel Allende Bussi, acerca de las Relaciones Exteriores del Gobierno de Sebastián Piñera, publicada por El Desconcierto, el día 1º de mayo de 2019.
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Una vez más el gobierno del Presidente Piñera da señales erradas en materia de política exterior al cuestionar -junto a otros gobiernos de derecha de la región- el sistema interamericano de derechos humanos a través de una declaración confusa, que le enrostra a la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) la autonomía que tiene cada Estado frente a las decisiones de la misma.

Es cuestionable el doble discurso existente en materias internacionales en este gobierno. Por una parte existe una apertura inmediata y apoyo frente a iniciativas comerciales como el CTTP-11, pero hay un cerrojo para convenciones o declaraciones en materias de medio ambientales, como Escazu, e igualmente para temas migratorios, como Marrakech.

Desde su instalación en 1979 la CIDH y la Corte han sido un aporte principal en el reconocimiento y protección de los derechos fundamentales. Es destacable su labor en materias de verdad y justicia, al obligar a nuestro Estado a investigar y sancionar las graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura, declarando la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad. O en el caso de la jueza Atala, que fue discriminada por los tribunales de justicia por su orientación sexual en relación al cuidado de sus hijos.

El gobierno muestra ambigüedad frente a los derechos humanos. No ha dudado de presionar a Venezuela por la situación de DDHH que existe en dicho país, emplazando, inclusive, a la ex presidenta Bachelet para que intervenga frente a la crisis política que existe.

Hoy plantea un cambio de postura con este llamado al organismo multilateral más importante de la región en la materia, a respetar la soberanía y normativa interna de los países, lo cual viene a relativizar la importancia de los derechos fundamentales en la sociedad. Esto puede ser consecuencia del fallo de Carin Notriman, que cuestionó la aplicación de la ley antiterrorista a comuneros mapuches, o de la solución amistosa que hubo entre el Estado de Chile y el Movihl para empujar el matrimonio igualitario.

Quiero solicitar al gobierno que exista coherencia en la Política Exterior de Chile ya que representa con ella al Estado, y su posición está creando una imagen poco seria de nuestro país frente al conjunto de naciones, especialmente en el desarrollo y potenciamiento de organismos multilaterales, que son la única vía válida para garantizar la paz y el respeto a los derechos humanos en la comunidad internacional.