Victorino Farga Cuesta, un grande con vocación de servicio público y sabiduría

La Senadora por la Región de Valparaíso, Isabel Allende Bussi, recordó a Victorino Farga Cuesta, suegro del Senador y ex candidato presidencial, Alejandro Guillier Álvarez y padre de su esposa, María Cristina Farga.
Victorino Farga fue uno de los refugiados españoles que llegó en el Winnipeg a los 12 años de edad, después de haber salido junto a su familia hacia Paris y cuando su padre producto por haberse sumado a las fuerzas republicanas, en plena Guerra Civil española, estuvo preso, hasta que fue liberado, y fueron recibidos por el Embajador Pablo Neruda, para iniciar una nueva vida en Chile.
La parlamentaria dijo que «me acabo de enterar de la muerte del doctor Victorino Farga -suegro de Guillier-, un gran especialista y un hombre maravilloso, de gran calidad humana, que siempre estuvo cerca de la familia Allende. Se va uno grande. Un gran abrazo a su hija y a Alejandro».
En Chile, Farga estudió medicina y se recibió en enero de 1953, después de haber recibido el Premio Eduardo Moore “al mejor estudiante de medicina de la promoción 1952”. El doctor Farga descubrió durante la realización de su beca «que una estadística de las causas de hospitalización más frecuentes en el Servicio de Medicina eran las enfermedades respiratorias que prevalecían sobre todas las demás y, aunque había distinguidos especialistas en todas las subespecialidades de la Medicina Interna, no existía ninguno dedicado a las enfermedades broncopulmonares, la patología más prevalente. Decidí entonces dedicarme a esta especialidad y durante la beca creamos, junto con el Dr. Edgardo Carrasco, el Departamento Broncopulmonar dentro del Servicio de Medicina del Profesor Armas Cruz».
El doctor Farga realizó una exitosa carrera con estudios de postgrados en el extranjero y logrando importantes cargos en su desempeño en Chile: «En 1966 fui elegido Profesor Titular de Neumotisiología por la antigua Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y me trasladé al Hospital del Tórax, donde me tocó la honrosa función de reemplazar al Profesor Héctor Orrego Puelma. Posteriormente gané dos concursos, primero el de jefe del Servicio de Tisiología del Hospital Sanatorio El Peral y después el de Jefe del Servicio de Medicina Respiratoria del Hospital del Tórax, donde la Universidad de Chile creó el Instituto Nacional de Neumotisiología, del cual fui su primer Director».
Fue detenido el 2 de enero de 1974por personal de Seguridad del Estado bajo la absurda acusación, hecha por un colega, de “organizar a los médicos del Hospital del Tórax para derribar la Junta de Gobierno”. Estuvo detenido en Londres 38, en el Estadio Nacional, en la Cárcel Pública y en una casona de la calle Agustinas, y en 1975 salió exiliado a Estado Unidos, donde fue contratado como “Associated Professor of Medicine” en el más prestigioso centro de investigaciones cardio- respiratorias de Estados Unidos, el “Cardiovascular Research Institute”, de la Universidad de California, donde permaneció durante un año y medio, para desde allí partir a Barcelona, en 1976, y en 1977 a Paris, colaborando con la Organización Mundial de la Salud en la Lucha Contra la Tuberculosis.
Pudo regresar a Chile en 1978, con dificultades para ser contratado, pero reuniéndose con su familia. Finalmente recuperó sus clases en la Universidad de Chile, y obtuvo innumerables reconocimientos internacionales, efectuó más de 200 publicaciones nacionales y en el extranjero, y fue Presidente de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias. Entre uno de sus principales logros está su autoría del libro “Tuberculosis”, que en su Segunda y Tercera Ediciones (esta última con la invaluable colaboración del Dr. José Antonio Caminero) ha sido profusamente distribuido en América Latina como libro de texto por la Organización Panamericana de la Salud.
Es por ello, que la Senadora Isabel Allende declaró que «sería un gran gesto y más que merecido reconocimiento, ponerle el nombre Doctor Victorino Farga a algún hospital nuevo, como planteó el Ministro Mañalich. Uno de los grandes que nos deja, con gran vocación de servicio público y sabiduría».