«Si la disidencia PS se resta de la directiva, habrá una fractura importante»

En silencio se mantuvo durante toda la semana la senadora socialista Isabel Allende, tras regresar de un viaje a España. Mientras estaba en Europa, a través de terceros, la disidencia del PS le planteó la opción de que asumiese ella la presidencia del partido como carta de consenso, en el pleno del comité central de hoy, cuyos 110 nuevos miembros escogerán a la próxima directiva.
Si bien la lista del líder PS Álvaro Elizalde -que la parlamentaria integró- obtuvo un 67% en la elección del comité central, desde la nómina de su competidora, la diputada Maya Fernández, han pedido que él deponga su candidatura, pues lo responsabilizan de la crisis interna que se desató luego de que un reportaje diera cuenta de denuncias de un padrón de afiliados abultado y «clientelismo» en San Ramón, y eventuales vínculos de afiliados de esa comuna con narcotraficantes.
En reserva, Allende declinó la oferta y ratificó su apoyo a Elizalde. Pero ayer, luego de que el sector de Fernández -quien además es sobrina de la senadora- emitiera un duro documento contra el timonel, Allende decide salir al frente a rebatir los cuestionamientos, a 24 horas del pleno de hoy.
Parte señalando que los cuestionamientos al padrón socialista son un «fenómeno general» en todas las colectividades, el que atribuye a la ley de refichaje que propuso la comisión Engel. «Los partidos nos vimos en una situación de mucha presión, de tener un número X de militantes en un tiempo determinado, lo que generó militantes exprés, sin vínculo con nuestros principios. Hay padrones abultados, pero es perfectamente posible arreglarlo, tomando de inmediato acciones como auditar el padrón y elevar los requisitos a militantes; medidas que, por lo demás, la mesa ya está trabajando», afirma.
-La disidencia acusó que el partido está «penetrado por oscuros intereses delictuales». ¿Lo cree así?
-Ha habido una caricatura dramática respecto del PS. En 2017 se expulsó al alcalde Miguel Ángel Aguilera y siete militantes. En este nuevo reportaje aparecieron algunos de ellos merodeando el local de votación, lo que es difícil de controlar. Pero el Servel fiscalizó la votación y no hizo objeciones. Aun así, atendiendo a lo que provocó el reportaje, para generar mayor unidad, se anuló la votación en San Ramón. Pero de ahí a concluir que es un partido ligado al narcotráfico… eso excede los límites de lo razonable.
-¿Debió la mesa auditar antes el padrón? Algunos dirigentes lo pidieron en 2018.
-Es posible que se haya debido hacer antes. En ese momento hubo expulsiones, no podíamos adivinar, aunque pudimos ser más proactivos. Pero nada justifica las declaraciones de la disidencia. Se aceptó anular San Ramón para evitar las críticas, y se dieron todas las garantías para que nadie desconociera el triunfo de Elizalde.
-Desde la disidencia advirtieron que se ha generado una «crisis de prestigio» y que la mesa ha minimizado la magnitud de esta. Por eso, dicen, es inviable que continúen Elizalde y el secretario general, Andrés Santander.
-No creo que nadie esté minimizando nada. Nadie puede no estar consciente de la crisis del partido y de lo que necesitamos trabajar para sacarlo adelante. Sí, se dañó la credibilidad del PS, pero no es irreparable. Y más evidente es el daño que han hecho algunos con estas acusaciones infundadas. Yo no voy a entrar en las descalificaciones de otros. Las caricaturas y ánimos destructivos, y querer tirar el mantel… !Ya llegó la hora de terminar eso¡ No entiendo la conducta de la disidencia: compiten, tienen un resultado que no esperaban, el contundente triunfo de la otra lista, y empiezan a realizar todas estas impugnaciones. Es incoherente, si hubo problemas, los vamos a resolver. ¿Cómo? No a través de denuncias en los matinales, sino que trabajando internamente. El comité central tiene que decidir su mesa, y trabajar inmediatamente en los problemas que el presidente ya ha esbozado, como la premilitancia, y que el partido vuelva a hacer política y ejercer su rol opositor, porque ha sido un largo mes de casi paralización, porque hemos estado en esta crítica pública.
-¿Qué significado tiene, a su juicio, que el comité central apoye hoy a Elizalde?
-La lista de Álvaro obtuvo una amplia mayoría. Yo encabecé su lista de mujeres, y estoy de acuerdo con que lidere el partido. No comprendo a una lista que compite y luego quiere poner un veto. Deben aceptar las reglas.
Críticas a Elizalde
-Más allá de que el senador contaría hoy con la mayoría para ser ratificado. ¿Cuán golpeado queda el PS?
-El partido está golpeado, ha sido fuerte. No es su mayor crisis, pero desde el retorno a la democracia es su momento más duro y difícil, probablemente; el más duro, por supuesto, fue la división en plena dictadura.
-Y para un momento de esta magnitud, ¿son medidas suficientes la auditoría y la premilitancia?
-Hemos sufrido un daño muy grande; no irreparable. El PS sabe cómo pararse, ha habido otros períodos complejos, pero se va a requerir de la voluntad de todos los que queremos al partido y que no estamos dispuestos a tirar el mantel por una elección. El partido tiene que volver a sacar su voz y generar el relato que los ciudadanos esperan. Tengo confianza en que la serenidad tiene que llegar, el diálogo debe retomarse, recomponer las relaciones y trabajar juntos.
-¿Y cómo es viable que eso se dé, cuando la disidencia ya anunció que no va a integrar la directiva, a pesar de que le corresponden dos cupos?
-¡Es que lo que tienen que hacer es integrarse! Sería muy lamentable que se restaran. ¿Cómo quieren, si no, ayudar a que el partido salga adelante? La elección terminó, la nueva mesa tendrá estos nuevos instrumentos, porque todos tenemos coincidencias en que se requiere un nuevo padrón y la premilitancia, en la comisión política habrá espacio para dialogar y con eso se podrá trabajar en conjunto para mejorar el partido. Eso se llama coherencia, pero otros, en vez de eso, optan por destruir el partido. No se entiende, salvo que a lo mejor algunos quieran irse del partido. Hay que dejar de lado estas posturas fratricidas, constituir rápidamente la nueva dirección, con representación de la mayoría y minoría. Si somos de verdad socialistas, no podemos sino trabajar por la unidad y salir adelante; si no, significa que no nos importa el PS y que es más bien un escenario personal para aprovechar la tribuna.
-Si ellos mantienen la decisión de restarse, ¿se ve posible una solución del conflicto o se irá profundizando?
-Espero que haya el respeto que corresponde en un partido democrático. Si la disidencia se resta de la directiva, como ha amenazado, evidentemente que habrá una fractura importante. Espero que no ocurra.
-¿Hay también alguna responsabilidad de Elizalde en este encono entre ambos sectores? Se le ha acusado de conducir de forma excluyente.
-No creo que haya sido así, hubo todas las instancias para participar, conferencia, congreso. Pudo haber habido mejor gestión, debemos reconectarnos con nuestros militantes, puede haber faltado en las propuestas, que las tenemos, y nos hemos alejado de las respuestas que esperan los ciudadanos, nos falta una mirada país.
Rol de Fernández
-¿Siente que los cuestionamientos de la disidencia, como apuntó Camilo Escalona, están dirigidos más bien a desconocer el resultado de la elección?
-Ellos hicieron todo tipo de propuestas, se demoraron muchísimo en reconocer el triunfo de la lista de Álvaro, recién lo hicieron el jueves. Sostienen que él no actuó como debió haberlo hecho, y que eso lo invalida, pero detrás de eso está solo vetar a Elizalde y al secretario general. Y eso es un error. Yo llamo al diálogo. A Maya se le ofreció la primera vicepresidencia, porque fue la figura con más votos. Allá ellos si quieren aceptar. Les corresponden dos vicepresidencias, y si quieren tres, ningún problema.
-Usted, precisamente, emplazó a Fernández a asumir el liderazgo de su lista y frenar los cuestionamientos. ¿Logró ella esa conducción que usted pedía?
-No voy a calificar el liderazgo de Maya, ella tuvo alta adhesión, la gente tenía ganas de una cara como ella en las instancias de la colectividad. Pero cuando empecé a ver los dichos del diputado Marcelo Díaz, que se suponía era solo el apoderado y asumió como portavoz, y fue de las personas que más daño han hecho al PS, llamé a que ella se sentara a conversar con Álvaro, para evitar la escalada de dichos, ordenar a los suyos y llegar a un acuerdo sobre cómo salir adelante.
-Ella entregó esa vocería a Díaz. Y también jugó un rol en su campaña el ex subsecretario Mahmud Aleuy.
-No voy a calificar lo que ella hizo.
-¿Y fue difícil enfrentar a su sobrina en una campaña tan áspera?
-No mezclaré nunca lo político con lo familiar. Ella sigue siendo mi sobrina y le tengo el cariño que le tengo. Respeto su votación y que se haya atrevido, va a ganar en experiencia. Solo lamenté que no hubiese asumido el liderazgo de conversar con Elizalde, pero eso no afectará la relación.
-¿Por qué no aceptó la propuesta de asumir interinamente?
-A través de terceros me lo plantearon, y no acepté porque volvemos a lo mismo. Aquí hubo una elección y hay resultados. En democracia, uno acepta las reglas, y los resultados no hicieron más que afirmar lo que dijimos el día de la elección: que nuestra lista había obtenido el 67%. Mal podía yo aceptar entonces una propuesta sin pies ni cabeza.
-¿Una crisis no ameritaba una directiva de consenso?
-El pleno designará una nueva mesa, la encabezará Elizalde, y no comparto mesas interinas. Son un tiro al aire que solo persigue generar vetos.
-¿Y por qué razón aceptó integrar la nueva mesa en una vicepresidencia?
-Había que seguir apoyando a esta gestión para dar una amplia mayoría. Se requería tener buena gobernanza, y yo estoy dispuesta a asumir desafíos en momentos difíciles.
-¿Se buscaba respaldar a Elizalde ante las críticas?
-Es legítimo que haya críticas. Yo también le planteé recién algunas. Pero Álvaro recibió una andanada de ataques que solo buscaban destruir. Ha sido bien duro, pero tiene las condiciones para salir adelante, y la responsabilidad es colectiva, no solo del presidente.
-¿Cree que un sector le puede estar pasando la cuenta por su rol en la bajada de la candidatura presidencial de Ricardo Lagos?
-Espero que no se llegue a eso. Francamente… ha pasado mucho tiempo, es hora de dejar lo que pasó atrás.
-¿Y teme una fuga de militantes tras el comité central? Ya renunció el dirigente histórico Óscar Guillermo Garretón.
-Me preocupa, me resultaría doloroso. Nuestro himno dice «jamás desertar», pero algunos ya lo han hecho.