Llegó el momento para que el nuevo Chile sea construido por todas y todos

Señor Presidente.
Hoy nos encontramos a punto de tener en Chile el primer órgano constituyente paritario a nivel mundial.
Es una necesidad que el pacto político y social que nacerá con una nueva constitución, no surja con la exclusión ni la marginación que hemos tenido las mujeres en los espacios de toma de decisiones.
Estar discutiendo esta reforma se lo debemos al movimiento feminista que despertó en una nueva ola el 2018, dejando en evidencia el abuso y la violencia de género, lo cual resurgió a partir del estallido social, siendo representado por Las Tesis y las masivas marchas.
A nivel internacional tenemos la oportunidad que Chile tenga la primera convención constitucional o asamblea constituyente de representación paritaria. Lo más cercano fue Islandia que tuvo un 40% de mujeres, pero era un órgano pequeño, de sólo 25 delegados. También tenemos el caso de Túnez donde en dicho órgano se instó a la paridad por medio de listas cerradas y bloqueadas, y sólo un 26% de los delegados fueron mujeres.
La asignación que proponemos es el primer paso para consolidar una democracia paritaria, que significa la plena integración de las mujeres en las sociedades democráticas.
Hoy las cuotas en la presentación de candidaturas no son suficientes, siendo la paridad en la asignación de escaños la única forma de distribución equitativa del poder. La paridad es la que materializa el principio de igualdad de género.
La indicación que presentamos diez senadores de oposición –a nuestro juicio- es la única forma que existe para garantizar la paridad. En primer lugar, confirma la igualdad de entrada aprobada en la Cámara, con mujeres encabezando la lista de manera alternada con hombres. Con esto, obligamos a cumplir una Ley de Cuotas en igualdad, que encabecen las listas, lo cual tiene como efecto la mayor probabilidad de que las mujeres se lleven los votos de la ciudadanía.
La indicación obliga a que en cada distrito se escoja mitad de hombres y mujeres, en caso de los pares; mientras que en los impares, la diferencia no puede ser más de un escaño entre sexos.
El equilibrio de género lo lograremos con una asignación paritaria en las listas que escojan dos o más escaños, alternando entre géneros. Si con esto no se obtiene equilibrio en el distrito, las listas que obtengan solo un escaño, tendrán una reasignación partiendo por la de menor votación, hasta lograr el objetivo.
Lo que hicimos fue valorar el trabajo realizado en la Cámara por las diputadas de diversos sectores políticos, realizando modificaciones complementarias para que se respete el escaño por partido, y para lo cual, también, aumentamos el número de candidaturas hasta seis en los distritos de hasta cuatro escaños.
Es importante lo aprobado en la comisión, porque mantiene el espíritu que todos los chilenos y chilenas puedan votar por la candidatura que más lo representa, pudiendo las mujeres votar por mujeres, y no que los dejemos amarrados a votar por nuestros partidos, como lo plantea la propuesta de listas cerradas.
Si bien puede haber ventajas al priorizar programas, es una realidad que nos encontramos en un proceso de falta de legitimidad, lo cual queda en evidencia con el 2% de aprobación que tienen nuestras colectividades en la última CEP. Queremos incentivar la participación, por esto también abrimos la puerta para que los independientes puedan postular.
Además, la propuesta de ChV no garantiza paridad en Chile en distritos chicos e impares, dada la alta fragmentación que existe. Porque puede darse que un distrito de tres escaños, sean electos tres partidos que justo tienen a un hombre encabezando.
Puede que nuestra propuesta sea innovadora a nivel internacional, pero algunos no tuvieron problemas en defender el único sistema en el mundo que garantizaba un empate en el Parlamento, como fue el binominal.
Los sistemas electorales no son perfectos, no son buenos ni malos ni justos ni injustos, sino que se crean para obtener un objetivo, y no hay objetivo más loable que tengamos una convención paritaria que dicte una nueva Constitución.
Ayer, me alegré mucho que hayamos aprobado en general el proyecto de forma unánime. Pero hoy Chile Vamos no puede dar una señal en contra de las mujeres rechazando la propuesta que proviene de la Comisión.
Creo que llego el momento de dar una muestra de que el nuevo Chile, será construido por todas y todos.
Por eso, es que anuncio mi voto a favor.